Vuelven los vinilos, vuelven las cintas de casetes y, con ellas, los famosos Walkman de Sony. Los modelos de los años 80 y 90 se vendían por unos 90 o 180 euros como máximo. En cambio, los precios de la nueva línea de reproductores de música portátil rondan los 1.400 y pueden llegar a valer hasta 3.700 euros, en el caso del Walkman bañado en oro.

Sony ha diseñado estos nuevos modelos, el NW-WM1ZM2 Signature Series y NW-WM1AM2, para satisfacer la demanda de sus usuarios más audiófilos. Los nuevos Walkman apuestan por el sonido de calidad, las transmisiones con Android 11 y con WiFi para descarga y streaming. Asimismo, admiten almacenamiento adicional a través de ranuras para tarjetas SD.

El NW-WM1ZM2 cuenta con un chasis de cobre libre de oxígeno chapado en oro con una pureza de un 99,99%, lo que le otorga una mayor robustez, y viene con 128 GB de almacenamiento interno. Por su parte, el modelo NW-WM1AM2 tiene un marco de aleación de aluminio con un habitáculo rígido, resistente al ruido eléctrico y a interferencias, así como 256 GB de almacenamiento interno. A ambos reproductores se les ha añadido una pantalla táctil de cinco pulgadas en alta definición y utilizan la tecnología del amplificador digital S-Master HX, desarrollada específicamente para Walkman.

En cuanto a la calidad del sonido, Sony se ha inspirado en el DMP-Z1 para aumentar la potencia de la fuente de alimentación del bloque analógico y del digital. Según la página web del fabricante, el NW-WM1ZM2 y el NW-WM1AM2 utilizan varios condensadores FT CAP3 de polímeros altos y un gran condensador sólido de polímero, con alta capacidad y baja resistencia. Además, el bloque digital está recubierto de un chasis OFC, lo que permite mejorar los silencios. Cada Walkman está dotado con un doble reloj y una resistencia de sonido superior. Sony ha utilizado por primera vez una soldadura por refusión con oro que mejora la localización del sonido y la amplitud del espacio sonoro.

Tanto el NW-WM1ZM2 Signature Series como el NW-WM1AM2 saldrán a la venta en abril. Ninguno de los nuevos modelos de Walkman cuenta con un embalaje de plástico.

Otro elemento del pasado que está viviendo una segunda primavera son las cintas de casete. Entre 2019 y 2020, sus ventas se incrementaron un 33% en Estados Unidos. Al otro lado del charco, el furor por estas joyas del pasado es aún más sorprendente: solo en la primera mitad de 2020, las ventas de cintas de casete aumentaron un 103% en Reino Unido.

Tras convertirse en las reinas indiscutibles de la música en la década de los 70 y 80, la entrada en escena de los CD a finales de los 90 supuso su fin. Más de 20 años después, los amantes de la música han redescubierto las cintas de casete. Su atractivo reside en que permiten escuchar la música de manera analógica, que es a lo que está acostumbrado el oído humano. 

La pandemia y la cancelación de conciertos hizo que muchos artistas que contaban con el apoyo de una firma discográfica recurrieran a este formato con el objetivo de producir música a bajo coste. A diferencia de los CDs que requieren una tirada mínima bastante elevada o los vinilos, cuyo precio está fuera del alcance de muchos, las cintas de casete se pueden producir en pequeñas cantidades y cuestan cerca de 2,50 dólares cada una.

Artistas como Lady Gaga, Dua Lipa, Billie Eilish o Taylor Swift también se han sumado a esta tendencia. Tal es el furor por las cintas de casete que incluso se están editando bandas sonoras de película en este formato, como la de Guardianes de la Galaxia.